viernes, diciembre 15, 2006
HONRAR A MI PADRE Y MI MADRE
( en la foto de su matrimonio el año 1951
con el Padre Alberto Hurtado)
Algunas palabras para “Honrar a mi padre y mi madre”.
En el aniversario de 50 años de fallecido del papá y en los 40 de la mamá.
La ausencia que me ofreció la noche,
No es comparable a la presencia que me trajo el día.
El frío gélido del invierno
como la noche que ocultó las sombras,
No lograron que la luz se opacase
Ni que el brote fresco se ofuscase.
La VIDA siempre sobrepasará a la muerte
El DOLOR siempre encontrará el descanso
La LUZ nunca será definitivamente ocultada
La MUERTE ya ha sido vencida.
martes, diciembre 12, 2006
MANUEL: iremos contigo, no estas solo.
Inicié mi blog en el mes de enero del 2006 con la historia de “Mi amigo Manuel” (http://pedroarellanom.blogspot.com/2006/01/la-historia-de-manuel.html) . Luego vendrían nuevos textos referidos a él y a esa historia, dura, dolorosa, y sin duda muy ajena a la vida de quienes hoy navegamos estas aguas del Internet.
Ahora, casi al cerrar el año, me interno nuevamente por los helados pasillos de la cárcel de alta seguridad CAS, para encontrarnos tras esos muros fríos con Manuel luego de que éste ha recibido la sentencia de pasar otros ocho años en ese mundo de encierro, silencio y soledad.
Manuel vuelve a encontrarse con esa realidad que fue su habitat durante 28 años de su vida, pero vuelve luego de haber descubierto una vida nueva, que conoció cuando sus ojos descubrieron otro mundo, al menos 5 años de su última condena. Y fue un cambio definitivo y radical, que logró mantenerlo de pié a pesar de las mil tentaciones que su antiguo medio le ofrecía. Nunca hizo nada que pudiera significarle una caída. Era sin duda un hombre nuevo. Había recuperado lo más precioso para él, su familia, y se aprontaba a jugarse toda la vida para devolverle la mano a la sociedad a quién sentía le debía tanto.
Pero llegó un día, un instante, un segundo, en que su historia aún no cicatrizada totalmente le tendió una trampa… y el caos golpeó su vida, remeció a Silvia, su mujer, impactó a sus amigos y conocidos, para precipitarse con un estruendo de polvo y tierra arrastrando todo a su paso.
Llegó entonces el desconsuelo, la vergüenza, el sin sentido y la pena eterna, tomándolo prisionero y apoderándose de su vida durante estos interminables meses de proceso. ¿Hasta cuando?, …no sabemos.
Pero Manuel sigue siendo un hombre y su dignidad de hijo de Dios se nos ha revelado, en este tiempo, en medio de su desconsuelo, en medio de esas fías celdas. Quienes le hemos visitado, quienes le hemos conocido, damos fe, somos testigos y tenemos esperanza que estos ocho nuevos años tras las rejas del CAS logren ser una promesa, y logren esconder, a pesar de que es incomprensible imaginarlo siquiera, un nuevo sentido para la vida de Manuel, la de su mujer, sus hijos y todos quienes cada cierto tiempo penetramos esas rejas.
jueves, noviembre 02, 2006
TOMAR EL ATAJO DEL CORAZÓN
El señor Cárcamo se nos acercó a conversar, como si el tiempo no existiese para él, sin que los chubascos que de cuando en cuando caían le sacaran de lugar, ni el arcoiris que cerraba la bahía de Mechuque, lograra conmoverle. Mientras tanto yo estaba como en éxtasis admirando esa naturaleza intensa y majestuosa que se nos iba regalando… solo a condición que le abriésemos un espacio en nuestro interior.
Durante dos días me debatí si ir o no a la navegación por los canales de Chiloé que un amigo generoso nos había cursado a un par de matrimonios para este fin de semana largo que acaba de pasar. ¿Como puede ser posible que ante panorama tan idílico me haya costado tanto decidirme?. La verdad es que la motivación inicial y la decisión de ir fue instantánea y rápidamente mi imaginación me puso en contacto con esos lugares maravillosos. Pero luego, al acercarse el día de la partida aparecieron los habituales fantasmas con sus razonamientos y cuestionamientos queriendo mandar al tacho la decisión que mi corazón ya había tomado.
Comencé a mirar los pronósticos del tiempo, que amenazaban lluvias todo el fin de semana y me parecían podrían poner en riesgo ese idílico panorama. Comenzaron los llamados, las estimaciones, las dudas, como bajarme a último momento y no perder los pasajes como tampoco la oportunidad que se me había ofrecido. Hablé con la línea aérea para ver hasta que hora podría esperar sin perder la plata, hablé con meteorología, intenté seducir a mi amigo cambiar la fecha, etc., etc.
Una vez más queriendo controlarlo todo y sufriendo incluso porque me sentía sin el dominio que acostumbro a tener de mis actividades. Afortunadamente un angelito me sopló al oído que inevitablemente debía entregarme a las condiciones del tiempo y dejarme llevar, o declinar a la invitación y con ello a la posibilidad de que la vida algo nos tuviese preparado.
A buena hora tomamos esa tan acertada decisión de no dar las peleas que no tienen destino ni sentido y que me hacen sufrir y perder la novedad de lo imprevisible, de la aventura. Decidimos partir y gozar lo que sucediera en esta travesía, que tuvo más de viaje interior que exterior, dado que volví, por enésima vez creo, a descubrir que si en la ciudad creo y pretendo tener el dominio y control de la mayoría de las variables que enfrento, en medio de la naturaleza, inevitablemente tengo que dejarme llevar. Solo ahí comienza el verdadero viaje, solo así es posible vivir la travesía del disfrute.
Cárcamo entre sus ovejas que pastaban sin apremio, la señora Orfelina que entre el pan amasado nos compartía de su vida de entrega y don Juan que esperaba las bajas mareas para cruzar sus bueyes, fueron cada uno un regalo y como un rayo de sol que en medio de nubes y chubascos quisieron regalarse.
Prometo por tanto no mirar el pronóstico del tiempo ante una nueva invitación y responder con el corazón necesitado de verde y de pureza. La ciudad tiene su encanto mientras no mate mi libertad y mi fluir.
miércoles, octubre 18, 2006
UNA LUZ PARA MANUEL
“Manuel es un hombre muy inteligente… yo he aprendido mucho de él. La verdad es que nada de lo que hemos hecho en este tiempo, en relación a la capacitación de los internos, la podríamos haber hecho sin la inspiración y el empuje de Manuel”.
Estas palabras del cabo Segovia que escuché durante la visita que tuve hoy al CAS (Cárcel de Alta Seguridad) refiriéndose a mi amigo Manuel Henríquez, me impactaron profundamente y son como el prólogo de este nuevo capítulo en esta historia de dolor y esperanza.
Tal vez no conozcas o no recuerdes “la historia de Manuel”, que me motivó el18 de enero de este año a publicar mi primer post con esta historia conmovedora y que cuestionaba todo sentido. Hoy 10 meses después las palabras del Cabo Segovia brillan como una pequeña lucecita en medio de la oscuridad.
martes, octubre 17, 2006
A PATA PELA
Me impresiona la dificultad que tengo, que tenemos, cuando nos vamos haciendo “adultos”, de comunicarme, de comunicarnos, de relacionarnos libremente.
Tantas vueltas, tantas poses, tantas máscaras, para decirte, para escucharte, para no herirte, para no ser herido, para no defraudarte… para ser aceptado, reconocido, querido.
Y si miro a los niños, ¡Uf, que libertad¡ de existir, que simpleza para encontrarse, para amistarse, como también para dejar de serlo. Simple, verdadero, fluido.
¿Cómo andar a pata pela, y no temer? Que el piso esta mojado, sucio, muy frío, con espinas, resbaloso…Caminar simplemente, sin defenderme, eso es lo que anhelo, con la certeza de que lo que daña no es tanto lo que viene de fuera, sino lo que sale de dentro del hombre.
Andar a pata pela, no como fariseo lleno de ornamentos, o como arquitectura barroca recubierta de “adornos” y escondiendo lo esencial.
Cuanto aprisionan las creencias, cuánto me esconden los códigos, las normas de conducta, el “manual de Carreño” que a veces me compro, y que mata mi naturalidad, mi sencillez, mi libertad.
Anhelo vivir con las alas abiertas y en vuelo desplegado.
Anhelo caminar a pata pela …
Prometo intentarlo, espero no defraudar al niño que me está llamando. Pero necesito de tu ayuda. Te autorizo por tanto, a que detengas mi caminar cuando haya retomado el zapato de marca, el tranco distante, la mirada perdida. No dudes ni temas ponerme el espejo a mi contradicción permanente… ya conoces mis anhelos, y también mi pedido.
viernes, octubre 13, 2006
YUNUS PREMIO NOBEL DE LA PAZ
con una familia de Cali En las poblaciones de "Aguas Claras", Cali
bailando en Bogotá
Siento una alegría profunda de haber tenido la experiencia de convivir durante la semana recién pasada con este hombre extraordinario, que hoy el mundo reconoce con el Premio Nóbel de la Paz.
Las palabras de reconocimiento hoy sobran, pero hasta ayer podía decir que la vivencia de compartir con él, en medio de los ricos, con presidentes de estado, con autoridades religiosas, como con los más humildes en las poblaciones de Cali, como en los campamentos de Santiago, me hacían admirarle en su sencillez y humildad para relacionarse con cada uno como un igual, sin mirar hacia arriba o hacia abajo, siempre valorando su condición sagrada de ser humano.
Recuerdo las palabras conmovedoras del Obispo Ortodoxo, en un encuentro con las autoridades religiosa de Colombia, cuando dijo “Señor Yunus, usted es una visita de Dios al mundo”.
Por mi parte me quedo con la gratificación de haber sido testigo de este hombre que invita, con su ejemplo, a hacer lo que les escribió en una dedicatoria de su libro a mis hijos: “¡Grow up to make a difference to the world!”.
viernes, octubre 06, 2006
SEMBRADOR DE ESPERANZA
Luego de más de una semana de jornadas intensísimas entre Bogotá y Cali, Colombia, comparto una semilla de esperanza que como Desafío Chile ayudamos a sembrar en estas tierras, que siendo tan ricas en humanidad y recursos, enfrentan a su vez tanta violencia y pobreza.
Recién concluida la visita de Muhammad Yunus, más conocido como el “banquero de los pobres”, y luego de una maratón de encuentros con las máximas autoridades políticas, Presidente, Ministros, Parlamentarios, mundo empresarial, autoridades religiosas, Académicos, Sociedad Civil, y por supuesto luego de visitar las poblaciones más miserables, siento el deber de compartir sobre el privilegio de haber sido compañero de camino de uno de los profetas de nuestro tiempo, quién como lo dijo un Obispo Ortodoxo, es sin duda un enviado de Dios para este mundo.
Ha sido mucho lo vivido en tan poco tiempo y riquísima la experiencia recibida pero tal vez lo más relevante para mí ha sido volver a constatar esa palabra tan paradojal del Evangelio donde Jesús agradece a su Padre por haber revelado estas cosas (la sabiduría) a los pequeños y habérselas escondido a los sabios de este mundo.
Esta es la cuarta vez que tengo el privilegio de caminar al lado de este Bengalí, y por tanto soy un testigo altamente autorizado para hablar de este hombre sencillo, humilde, alegre y que con su sabiduría recorre el mundo interpelando con respeto a los grandes y abrazando con infinito amor a los pequeños.
La visita que hicimos a una población en “Aguas Blancas” en la ciudad de Cali, donde los desplazados por la violencia y la pobreza más miserable dan vida a la delincuencia, al narcotráfico y al sufrimiento, aquí, en medio de esas “aguas negras” ,una religiosa, la hermana Alba Estela, recibe a este gran invitado como al inspirador de la “semilla de mostaza” una obra que ha replicado el modelo del microcrédito diseñado por Yunus en Bangladesch, convirtiéndola a ella en otra banquera de los más pobres.
Escuchar los testimonios de gratitud tremenda de esas mujeres llenas de niños, por haber recibido un préstamo de apenas US$ 50 para desarrollar una actividad productiva, nos ha sido suficiente como recompensa por todo el trabajo desplegado para permitir esta visita a Colombia. Porque no son los dólares lo que les esta permitiendo a estas mujeres poco a poco recuperar su dignidad, es la mirada de confianza que han recibido lo que por una vez les está permitiendo mirar el futuro con esperanza. Esa es la novedad, he aquí el gran secreto y la sabiduría que están entregando Yunus, Alba Estela y tantos otros en distintos rincones del mundo. La semilla más pequeña, guarda en su interior un árbol frondoso y pleno de frutos.
Agradezco a este país por haber abierto sus puertas, bendigo a Dios el regalo recibido y a este profeta, que viniendo del mundo musulmán, nos ha regalado un profundo testimonio cristiano
miércoles, septiembre 06, 2006
CASA DE REMOLIENDA
Gracias a la generosidad de Andrea Brandes pude asistir en su casa a un preestreno entre amigos de la película “Casa de Remolienda” dirigida por Joaquín Eyzaguirre. Como no soy crítico de cine, ni muy entendido en el tema, solo me refiero a lo que me despertó el ver esa obra.
Me sucedió que recordé las varias visitas que he tenido a la Fundación Vida Nueva, en Bogotá, Colombia, y los diversos encuentros sostenidos, como por ejemplo el que tuve en el barrio “El Cartucho”, zona actualmente transformada en un parque, pero que años atrás era el corazón del mundo de la prostitución y la droga. Recuerdo esa experiencia como uno de los momentos más impactantes de mi vida, donde tomé contacto en vivo, por una parte con la miseria y la bajeza humana, más por otra con la inmensidad del corazón humano. Recuerdo que esa visita, sin duda lo más cercano a las imágenes del infierno que imagino, la terminé tomados de la mano y rezando en la casa de Plancho, exdelincuente, su mujer embarazada de 8 meses de la que luego sería mi ahijada, y tres mujeres en rehabilitación de la prostitución. Un regalo inolvidable.
Es a partir de este evento tan relevante que cada año no me pierdo mi visita a la casa de acogida de Fundación Vida Nueva en Bogotá para encontrarme con Norita, la “mami” su fundadora, con la “gorda”, con la “Barbie” y tantas mujeres de las que solo recibo cariño, cercanía y testimonios de vida que me llenan de esperanza.
A propósito de la Barbie, recuerdo casi como si fuera hoy lo que nos compartió en un taller de desarrollo humano y que me conmovió profundamente:
“ Yo me llamo Barbie y soy prostituta, eso es lo que soy. Eso ha sido lo único que he sabido hacer desde los once años cuando mi mamá decidió vestirme de mujer para llevarme a la calle a conseguir clientes. Esa primera vez pensé que el señor que se detuvo en un carro rojo y me llevó a una pieza oscura lo que quería era compañía. Cuando el señor entró al baño pensé que raro este señor me trajo para que lo acompañara a orinar. Mientras el hombre salía del baño me senté en la cama y comencé a jugar con mis piernas que no alcanzaban el suelo. Tiene calor señor, le dije cuando lo vi desnudo, tápese. En ese momento este señor descubrió mi inocencia, se vistió, me tomó de la mano y en la calle me devolvió a mi mamá, sin darle un peso a ella. Fue ahí cuando recibí otra tunda de mi mamá.” Hoy, la Barbie esta casada con un contador y ha formado una familia y vive actualmente en Medellín.
Tampoco puedo olvidar a Blanca, una mujer maravillosa, con una capacidad para abrazar y acoger impresionante. Su vida es aún más dramática… y confieso que no es lo más impactante que he escuchado de los labios de estas mujeres “de remolienda”, o que he leído en el libro “Mujeres del putas” escrito con motivo de sus historias.
Blanca, “la Bavaria”, llamada así en su antigua vida porque no dejaba botella de cerveza llena, fue por muchos años prostituta, drogadicta, una madre despreocupada y una mujer que esquivó cualquier relación estable. De su niñez solo se sabe que fue encontrada un día cualquiera en una caja de cartón bajo una escalera de un edificio del barrio el Cartucho. La Bavaria era como un personaje de esas historias de ciencia ficción, sin padres, hermanos o infancia; como si no tuviera origen.
En el libro que recoge su vida extraigo solo lo referido a su origen pues como bien sabemos toda historia queda marcada de por vida en esos primeros años.
“La gorda recuerda muy bien, y con amargura, como la violaron. Supone que tendría como ocho o diez años. Esto la marcó, no solo porque fue abrupta sino porque lo hicieron sus propios amigos, sus “parceros”. De ellos fue su mujer desde los once años y fue pasando por sus manos como en forma de préstamo, tal como lo hacían las otras niñas del “parche” …A los doce años tuvo su primer embarazo. La niña nació muerta y ella ni siquiera supo cómo, cuando, ni quién la había embarazado, como tampoco supo que aquellos dolores eran los de un parto. Nunca tuvo un guía, una mano amiga, nunca estuvo en un orfanato, ni conoció ninguna obra social. Para ella solo existían sus “parceros”, la calle, el vicio y el robo, su forma de sobrevivir. Ella no sabía de la diferencia entre el bien y el mal, tanto como no sabía su nombre, solo sabía que era “la Bavaria”. Blanca, actualmente conocida como la gorda”, es la coordinadora de la Fundación Vida Nueva, es la esposa de Pedro y la madre amorosa de seis hijos.
Agradezco sinceramente el trabajo del equipo de “Casa de Remolienda”, pues me permitió volver a encontrarme con la vida de estas mujeres, predilectas de Dios, y mirar a mis hijos, mis sobrinos y a tantos niños de nuestro país que tienen el regalo y las oportunidades de una vida sostenida por el amor y la familia.
jueves, agosto 17, 2006
PREGUNTAS PARA MANTENERME VIVO
1. Si fuera a morirme mañana, como enfrentaría las largas horas que se me han regalado?
No hablaría tanto, más abrazaría mucho;
no me proyectaría,
si contemplaría.
No discutiría, ni pelearía mi posición,
si escucharía y anhelaría tu honestidad;
No correría queriendo hacerlo todo,
si caminaría y me detendría para volver a sonreírte;
No enjuiciaría porque piensa o viste distinto,
si confiaría ingenua y abiertamente aunque de tonto me tilden;
No haría nada convencional
ni destinaría un minuto a pedir permiso,
si viviría tranquilamente, esperándolo todo,
acogiendo, amándolo todo y descubriendo
cada segundo, cada minuto, como si fuera un día
un mes o un año.
2. ¿Que me limita para vivir así, ya , ahora?
La soberbia de creer que de mi dependen
tantas cosas, y que los cambios que requiere
la cultura llegarán de mi mano.
Mi fe frágil que alimento poco.
Un deseo de control, de dominio.
Una falta de confianza que me lleva a manipularte.
3.¿ Con qué cuento?, cuales son las conquistas, mi capital,... mis recursos,
para caminar en esta coyuntura de las pocas horas que me quedan por delante?
Una vida llena de tesoros.
Una libertad cada día conquistada.
Una poca vergüenza de romper cánones permitidos.
Una alegría de vivir.
Una fe que a pesar de su fragilidad,
es hilo conductor de mi vida.
Un sentido de eternidad.
viernes, julio 28, 2006
SUBIR EN CORDADAS
La orfandad de padres vivos como de padres fallecidos es siempre fuente de dolor, y genera incontables “trancas”, rollos” y funcionamientos desproporcionados en nuestra vida de relaciones. Sospecho debe ser una de la causas más típicas en las consultas de psicólogos o psiquiatras, como también debe ser uno de los temas más reiterativos en estudios y literatura psicológica.
Pero me impresiona que poco se conversa o se expresa el impacto de la ausencia de hermanos, y no me refiero con ello solo a los hermanos de carne sino también al "ser hermano" en nuestra condición de "ser humano". Me parece que nuestra cultura actual fundada en el individualismo del “rascársela con sus propias uñas” nos juega una mala pasada en este aspecto, porque tengo la impresión que es sólo esa conciencia de familia, de hermandad, de fraternidad, la que nos puede llevar a enfrentar la complejidad de la vida humana.
Siempre el hombre se ha reunido en tribus, comunidades, o agrupaciones que junto con darle el cobijo y protección suficiente le permita desarrollarse con un implícito sentido de complementariedad y cooperación.
Pero lo que me impresiona de nuestra actual “comunidad nacional” es que solo estamos recurriendo a ese valor fundamental, de la fraternidad, de la comunidad, cuando nos vemos enfrentado a una catástrofe o a un evento, y donde queda de manifiesto que mi sobrevivencia pasa por estirarle la mano al que esta a mi lado, y que posiblemente, hasta ese momento no había visto ni menos considerado. Esta respuesta reactiva, de sobrevivencia y netamente utilitaria tiene el valor de permitirnos sobrepasar el evento, más luego de ello nuestra tendencia será cerrar nuevamente la puerta de nuestra casa para volver a esa actitud donde me basto a mi mismo y donde el otro, mientras no me incomode… todo bien.
Estoy cierto es necesario volver a la esencia de este sentido de familia, de comunidad, que se encuentra en el origen de las distintas civilizaciones e inclusos en la base de toda agrupación religiosa, política, social e incluso laboral, para que proactivamente seamos capaces de asumir los grandes desafíos que estamos enfrentando como país en “vías de desarrollo”.
La imagen más reveladora para mí de este sentido de familia, donde cada uno junto con velar por su propio desarrollo, no olvida su pertenencia a un grupo mayor desde el cual “pende” su propia integridad, es la imagen de las cordadas del montañista. Quienes suben, precisan juntos la cima que subirán y luego saben que ese desafío común solo será conseguidos si se amarran unos con otros.
miércoles, julio 05, 2006
¿Donde estás Eduardo?
Amanezco desvelado preguntándome en que lugar del infierno te encontrarás y cuales serán los espacios de terror que tu mujer y tus hijos habrán visitado estas últimas noches. La droga, que ingenuamente apareció como un juego en tu vida con el pitito de marihuana, tal como tú nos lo dijiste un par de veces, ha sellado tu historia con esa marca de fuego y dolor, casi como un estigma insuperable, y una vez más se ha apoderado de ti, llevándote prisionero a algún barrio oscuro de esta ciudad.
No puedo olvidar esa escena maravillosa que contemplamos los miembros de ese grupo de gerentes al que perteneces, cuando hace algunas semanas atrás en medio de esa ronda de conversación en la que nos encontrábamos apareció esa ruciecita maravillosa de cinco años preguntando por su papá para terminar, al reconocerte, tirándose a tus brazos. Fue un momento en que ella llegó como un angelito a recordarnos a todos la pureza de esas almas que nos han sido entregadas para su protección.
Hoy ella estará preguntando por su papá sin comprender lo que significa tener un padre, quien con mucho pudor más con el dolor de la dura verdad ha terminado por asumir esa, su dura y dramática realidad de “drogadicto”,… a pesar de ello querido Eduardo te ruego, que en el lugar y condición que estés nunca olvides esa incondicional belleza de ser hijo de Dios que te pertenece.
No puedo dejar de escribir estas líneas sin recordar a Manuel que hoy también sufre como Eduardo de esa historia que implacablemente parece nunca olvidarles.
miércoles, junio 14, 2006
EL VALOR DE EXPONERSE
Durante la mañana me tocó participar en una charla para la Universidad Adolfo Ibañez. Me habían invitado para compartir sobre liderazgo y mi experiencia con DESAFIO en el mundo empresarial... por tanto hablar de mis logros, de los éxitos y como les había conseguido.
No es la primera vez que me invitan a realizar este tipo de intervenciones por lo que me contacté con lo que habitualmente digo, buscando en la preparación que hacía, solamente como decirlo en forma más atrayente,... pero en definitiva casi el mismo discurso...
Pero me sucedió que en un momento, tipo 8 de la mañana, me sentí mal por un mareo que experimenté (tipo vértigo) y temí caerme y quedar botado solo en mi casa, pues ya todos habían partido. El miedo, la aprensión por mi salud y la fragilidad física en la que me sentí me llevó a cambiar el discurso y decubrir una nueva reflexión.
En ese momento, todo lo que tenía anotado en mi agenda del día, mi charla en la universidad y todos los encuentros programados, frente a los cuales además me sentía imprescindible, perdían la prioridad que les había asignado y enfrentado a esta fragilidad todo ello estaba pasando a un segundo plano.
El paradigma de que el éxito esté asociado al dinero, que el poder sea sinónimo de brillo status, que el valor esta en lo fuerza en lo ágil, esta muy presente en nuestra cultura y por lo mismo en mis pensamientos. Mientras que lo frágil, lo pequeño, lo vulnerable, sigue estando varios peldaños más abajo.
No me gusta, como a nadie creo yo, mostrarme vulnerable, temo a mis fragilidades, escondo mis límites... y tal como lo decía en el post anterior, busco ponerme un velo que cubra mis debilidades y solo enseñe mis fortalezas.
Descubro entonces cuan divididos caminamos, mostrando una sonriente y exitosa "cara pública", mientras escondemos los dolores, los temores de la "cara privada". Se explican entonces todos esos reclamos que a veces escuchamos en nuestras casas como en la oficina, por las rabietas y el mal humor, mientras en las páginas sociales seguimos apareciendo con esa sonrisa generosa.
Dado que el malestar del mareo como mi temor se aminoró, decidí responder a ese compromiso que había asumido con los chiquillos de la Universidad y mostrarme en esta faceta más desconocida y por supuesto menos expuesta. Asumí mi realidad vulnerable y les compartí todo el valor que ha tenido en mi vida las tantas veces que he sido conciente de mi vulnerabilidad y como esa realidad mía ha sido tanto más valiosa, incluso, que las competencias y fortalezas que aparecen tras los logros y éxitos por los que soy reconocido.
Me sentí muy a gusto, habitando un lugar de paz, sin tensiones, exponiéndome con total franqueza, develando el que soy, con mis luces y con mis sombras, ni más ni menos que mostrándoles ese ser único lleno de dones como también lleno de limitaciones. Exponerme en esa tensión permanente fuerza y fragilidad fue el valor de lo que descubrí tras el mareo de esta mañana.
miércoles, mayo 31, 2006
SACARNOS EL VELO
Hace algunos días atrás me invitaron a presentar un libro titulado "Provocando la vida" y cuya imagen de portada, una foto de una mujer musulmana que cubría su rostro dejando solo los ojos a la vista, me inspiró una reflexión que brevemente comparto.
La mujer musulmana que cubre su rostro me parece más honesta que muchos occidentales, que con rostro descubierto, aparecen más ocultos y misteriosos que ellas tras el velo. Al menos así lo percibo en nuestro país.
Al constatar ello me surgen entonces muchas preguntas:
¿Qué,… mejor dicho Quién se esconde tras el velo?
¿Cuál es ese rostro que no dejo ver y que cubro cada día?
¿Cuál es la imagen de mí que escondo y que me asusta develar?
¿Por qué temo?
¿Cuales son los miedos que me impiden sacar ese velo y mostrarme verdaderamente quién soy?
¿Temo a mis pobrezas?
¿Temo a mis debilidades?
¿Temo a quienes pueden herirme si me muestro en mi pequeñez y fragilidad???…
¿O temo a mi belleza,… pues tal vez, la envidia de otros que no es otra que la mía propia buscará destruir?
¿O temo al ridículo, al juicio fácil y aventurado, que es la causa de que haya preferido esconderme tras ese velo de pudor y timidez, fruto de una historia marcada por el sarcasmo, el menosprecio, el prejuicio, que tantas veces me ha golpeado?
Después de mucho caminar, una sola cosa me ha quedado claro: nuestros hijos, nuestros amigos, los empleados que trabajan a nuestro lado solo quieren una cosa de cada uno de nosotros…. Que seamos Quien soy, que seamos nosotros mismos, que cada uno de quienes estamos aquí hoy día, nos arriesguemos a ser el hijo de Dios que hemos sido creados, que cada uno de nosotros nos atrevamos a vivir más libremente la creación maravillosa que se esconde en nuestro interior… y que a pesar de las mil traiciones y de los infinitos dolores que nos han hecho cubrir nuestros rostros y con ello nuestras vidas, nos atrevamos a salir del encierro y nos ofrezcamos, nuevamente vulnerables pero poderosos.
Cada uno de quienes conviven a nuestro lado sólo esperan de nosotros que nos entreguemos en verdad, nos ofrezcamos, nos demos a conocer, en nuestras riquezas como en nuestras fragilidades, nos demos a comer unos a otros…. para que podamos ser verdaderos nutrientes unos de otros, para que nuestras relaciones no nos sean indiferentes y las apreciemos en toda la inmensidad que encierran.
Aquí se encuentra el gran misterio, aquí se encierra una de las grandes enseñanzas que nos revela el Jesús de Nazareth desde hacen ya más de dos mil años, al provocarnos diciéndonos “… el que pierda su vida la ganará, más el que quiera guardar (esconder) su vida la perderá”.
Invitémonos por tanto, unos a otros, a correr ese velo de indiferencia, a sacar el velo del que dirán, a quitar el velo del juicio fácil, para liberar el rostro y el corazón de las ataduras temerosas y exponer así nuestra sonrisa y nuestras lágrimas de cara al viento como de frente a la inmensidad de la ciudad.
martes, marzo 14, 2006
Marcha por la Paz
Cuando escuché al Padre Gerardo, párroco de La Legua, creí que se refería a una época de nuestra historia de hace más de 20 años, donde en medio de protestas, violencia callejera y balaceras, el gobierno militar intentaba imponer su estilo de conducción del país. Más ¡Oh sorpresa!, el Padre Gerardo se estaba refiriendo a lo que no sólo es la realidad de su población, sino la vivencia de lo que sucede en varias poblaciones de la ciudad de Santiago a causa del narcotráfico y la violencia asociada a ese mal.
"La gente esta aterrorizada y muchos quieren irse de allí, a pesar de que es el lugar que aman pues en éste han vivido todo una vida"...
¿Que hacer entonces?¿ Deberemos abandonar estos barrios y dejar nuestra historia en manos de la delincuencia y los narcos?...
"¡No nos dejaremos amedrentar!"
Las Marchas por la Paz, han sido la respuesta concreta, y el sábado recién pasado, primero fueron 40 personas de la Parroquia, encabezadas por el Padre Gerardo y el grupo de canto "Tierra sagrada", que salieron a la calle con camisas blancas y pañuelos, para en medio de los puntos más conflictivos cantar, orar y llamar a deponer las armas a quienes en ese momento se batían a fuego cruzado. Junto a la oración de la comunidad que a esa altura ya sumaban más de 400 participantes, la balacera se detuvo y la comunidad pudo concluir su macha con una oración de más de una hora al interior de la parroquia.
Quienes escuchamos ese relato y veíamos la entereza del párroco de La Legua nos quedamnos mudos y a varios se nos vinieron las imágenes de Ghandi, Martir Luther King, y otros grandes inspiradores de la "No violencia activa".
Por mi parte recordé a mi amigo Manuel que como he relatado en este blog, el contexto de violencia en el que vivía, fue sin duda lo que gatillo ese gérmen de violencia que se había incubado en el desde su infancia, más que con su determinación y coraje había logrado aquietar durante sus ultimos 6 años de libertad.
¿Y nosotros como nos sumamos a ese movimiento de Paz? ¿Como ayudaremos a que en otros Manueles no se despierte ese gen irracional?
"La gente esta aterrorizada y muchos quieren irse de allí, a pesar de que es el lugar que aman pues en éste han vivido todo una vida"...
¿Que hacer entonces?¿ Deberemos abandonar estos barrios y dejar nuestra historia en manos de la delincuencia y los narcos?...
"¡No nos dejaremos amedrentar!"
Las Marchas por la Paz, han sido la respuesta concreta, y el sábado recién pasado, primero fueron 40 personas de la Parroquia, encabezadas por el Padre Gerardo y el grupo de canto "Tierra sagrada", que salieron a la calle con camisas blancas y pañuelos, para en medio de los puntos más conflictivos cantar, orar y llamar a deponer las armas a quienes en ese momento se batían a fuego cruzado. Junto a la oración de la comunidad que a esa altura ya sumaban más de 400 participantes, la balacera se detuvo y la comunidad pudo concluir su macha con una oración de más de una hora al interior de la parroquia.
Quienes escuchamos ese relato y veíamos la entereza del párroco de La Legua nos quedamnos mudos y a varios se nos vinieron las imágenes de Ghandi, Martir Luther King, y otros grandes inspiradores de la "No violencia activa".
Por mi parte recordé a mi amigo Manuel que como he relatado en este blog, el contexto de violencia en el que vivía, fue sin duda lo que gatillo ese gérmen de violencia que se había incubado en el desde su infancia, más que con su determinación y coraje había logrado aquietar durante sus ultimos 6 años de libertad.
¿Y nosotros como nos sumamos a ese movimiento de Paz? ¿Como ayudaremos a que en otros Manueles no se despierte ese gen irracional?
miércoles, febrero 22, 2006
Vergüenza; Pena; Rabia; Desconsuelo
“Vergüenza; Pena; Rabia; Desconsuelo…, ni mil años de cárcel podrán recuperar una vida”.
Envuelto en esas sensaciones y en la penumbra de su lugar de reclusión, pude acompañar a mi amigo Manuel quién se desvela cada noche en la soledad de la prisión por comprender ¡Que pasó?! Qué misterio se esconde detrás de ese instante de tiempo en que ese accidente incomprensible tronchó la vida de un joven y en su caso personal destruyó toda “esa felicidad y paz interior que había conquistado” para él y su familia.
“A veces me enrabio por haber cambiado pues la cárcel hoy me ahoga. Antes, cuando no sentía el dolor ajeno ni el propio, todo esto era parte de mi rutina. Hoy no se como vivir aquí en este encierro”.
Quedé muy conmovido del dolor inconmensurable de Manuel y de lo que son sus actuales preocupaciones: En primer lugar la ausencia de paz interior y la intranquilidad espiritual por la que pasa su alma acongojada; de igual forma le duele su familia, su mujer Silvia, a quién algún día deberemos levantar un monumento como expresión de ese amor incondicional por su marido; también le inquietan cada uno de sus hijos; llora también el dolor de la familia del joven que murió… cuanto desconsuelo del que no puedo hacerme cargo me decía. También le persigue la “vergüenza” de enfrentar a tantos que han creído en él y le han acompañado durante estos últimos años. Y le preocupa por último, a pesar de que también tiene mucha confianza en su equipo, la CONFAPRECO (Confraternidad de Familiares de Presos Comunes), entidad que fundó al salir de prisión el año 99 y que ha sido el gran germen de su vida nueva.
Por mi parte le pregunté, como podemos acompañarle. ¿Cómo podemos seguir compartiendo esa amistad, esa cercanía, esa confianza de tantos años? Solo me pidió oración, mucha oración, para que el perdón de Dios llegue sobre él y el perdón de cada uno de sus cercanos llegue algún día a consolarle.
Envuelto en esas sensaciones y en la penumbra de su lugar de reclusión, pude acompañar a mi amigo Manuel quién se desvela cada noche en la soledad de la prisión por comprender ¡Que pasó?! Qué misterio se esconde detrás de ese instante de tiempo en que ese accidente incomprensible tronchó la vida de un joven y en su caso personal destruyó toda “esa felicidad y paz interior que había conquistado” para él y su familia.
“A veces me enrabio por haber cambiado pues la cárcel hoy me ahoga. Antes, cuando no sentía el dolor ajeno ni el propio, todo esto era parte de mi rutina. Hoy no se como vivir aquí en este encierro”.
Quedé muy conmovido del dolor inconmensurable de Manuel y de lo que son sus actuales preocupaciones: En primer lugar la ausencia de paz interior y la intranquilidad espiritual por la que pasa su alma acongojada; de igual forma le duele su familia, su mujer Silvia, a quién algún día deberemos levantar un monumento como expresión de ese amor incondicional por su marido; también le inquietan cada uno de sus hijos; llora también el dolor de la familia del joven que murió… cuanto desconsuelo del que no puedo hacerme cargo me decía. También le persigue la “vergüenza” de enfrentar a tantos que han creído en él y le han acompañado durante estos últimos años. Y le preocupa por último, a pesar de que también tiene mucha confianza en su equipo, la CONFAPRECO (Confraternidad de Familiares de Presos Comunes), entidad que fundó al salir de prisión el año 99 y que ha sido el gran germen de su vida nueva.
Por mi parte le pregunté, como podemos acompañarle. ¿Cómo podemos seguir compartiendo esa amistad, esa cercanía, esa confianza de tantos años? Solo me pidió oración, mucha oración, para que el perdón de Dios llegue sobre él y el perdón de cada uno de sus cercanos llegue algún día a consolarle.
lunes, febrero 20, 2006
Quiero regresarAl regresar, parece ser que se vuelve atrás. Como que vuelvo a lo conocido, al lugar que dejé cuando partí, y es esa nostalgia de dejar lo nuevo y volver a lo cotidiano, que puede embargarnos en nuestro retorno, e incluso, no a pocos, hasta generar una leve depresión.
como cuando partí.
En cambio al partir, voy hacia adelante, abierto a la novedad, a descubrirlo todo, lleno de motivación y entusiasmo, como si toda la VIDA se abriera para permitirme gozar y descubrir.
Hoy quiero regresar como cuando partí, por ello me lleno de entusiasmo al volver a la ciudad, redescubrir mi casa, volver a mis actividades de trabajo.
...a pesar del ánimo y la búsqueda de novedad, la situación de mi amigo Manuel, de la que me entero al llegar, me aterriza con su dura realidad y me pone de narices contra el suelo. Manuel ha regresado a la Cárcel de Alta Seguridad, y toda la alegría, dentro del dolor, que se había abierto de que hubiése podido enfrentar el proceso judicial, al alero de la prisión preventiva en una Parroquia, se bloqueó definitivamente en una nueva audiencia de detención a la que fue citado… mientras yo me dejaba regalonear por Dios en medio de la naturaleza.
Hoy nuevamente en la cárcel espera que el proceso defina su futura situación.
Aún no puedo ir a visitarlo pues se requiere de un permiso especial, pero apenas lo visite les cuento, para que los que siguen esta historia dolorosa, aunque algún día sabemos, será de esperanza, no le abandonen con sus oraciones.
Por mi parte haré todo lo posible para que este hecho, ni los que vengan, me impidan regresar como cuando partí lleno de entusiasmo y alegría de vivir.
sábado, enero 21, 2006
Yo parto mientras Manuel se queda.
¡Como nos cambia la vida en un segundo!
Cuantas veces he sido conciente que la vida no la tengo comprada. Cuantas veces, me descubro también, actuando como si ella me perteneciera y si la tuviera bajo total control.
Hoy ha sido Manuel la nueva voz que me ha gritado de la fragilidad de la Vida. Por ello y en cercanía a este Manuel, como a tantos otros que nos lo estan recordando, parto a unas ansiadas vacaciones con una conciencia más despierta por el dolor de lo vivido.
Manuel, esta vez eres tú quien se queda y soy yo quién parte. Que tú silencio obligado por la "pena" y el desconsuelo que enfrentas me acompañen en mi descanso, y a mi regreso renueven mi compromiso con quienes se quedan.
jueves, enero 19, 2006
Comienza el Proceso
Concluyo este día con sensaciones encontradas luego de asistir por primera vez a uno de estos nuevos tribunales creados por la "Reforma Procesal", que son como los que veíamos solo en películas gringas.
Encontrarme con Manuel, como inculpado de homicidio, fue una vivencia muy fuerte dado todo el afecto, cercanía, y sueños en carpeta que estabamos construyendo. A pesar de ello nunca he perdido la confianza en él, al punto que no lo pensé dos veces cuando el abogado, como una forma de conseguir la detención domiciliaria mientras dure el proceso, pidió que los sacerdotes que estaban presentes (Padre Alfonso Baesa, Padre Mancilla y Padre Nicolás Vial) y nosotros, amigos de Manuel, (eramos 5 personas vinculadas al mundo empresarial) nos pusiéramos de pié como una forma de garantizar a la jueza de que él no es un peligro para la sociedad y que enfrentará la justicia sin escabullir el desarrollo de este proceso.
La "audiencia de detención", donde se precisaron los cargos y se solicitó la detención domiciliaria (en la Parroquia del Padre Mancilla), fue un momento de gran tensión dado los argumentos del fiscal que intentaba convencer a la jueza del peligro que significaba Manuel de no quedar detenido en la Penitenciería.
Luego de un receso de dos minutos, la jueza dió su veredicto concediendo algo que era muy difícil de lograr. Un triunfo para su abogado, un respiro para sus amigos, muchas lágrimas para Silvia su mujer... y me imagino, una emoción muy profunda para mi amigo Manuel, quién al ver éste respaldo tan cerrado de sus cercanos, debe haber sentido que a pesar de lo violento del momento que vive, este hecho no ha logrado echar por tierra todo el cambio de vida logrado en sus últimos 6 años.
Muchas preguntas quedan rondando, grandes desafíos amenazan nuestra tranquilidad, nuevas y profundas invitaciones comienzan a emerger en mi y en cada uno de los que estamos compartiendo ésta: la historia de Manuel.
Encontrarme con Manuel, como inculpado de homicidio, fue una vivencia muy fuerte dado todo el afecto, cercanía, y sueños en carpeta que estabamos construyendo. A pesar de ello nunca he perdido la confianza en él, al punto que no lo pensé dos veces cuando el abogado, como una forma de conseguir la detención domiciliaria mientras dure el proceso, pidió que los sacerdotes que estaban presentes (Padre Alfonso Baesa, Padre Mancilla y Padre Nicolás Vial) y nosotros, amigos de Manuel, (eramos 5 personas vinculadas al mundo empresarial) nos pusiéramos de pié como una forma de garantizar a la jueza de que él no es un peligro para la sociedad y que enfrentará la justicia sin escabullir el desarrollo de este proceso.
La "audiencia de detención", donde se precisaron los cargos y se solicitó la detención domiciliaria (en la Parroquia del Padre Mancilla), fue un momento de gran tensión dado los argumentos del fiscal que intentaba convencer a la jueza del peligro que significaba Manuel de no quedar detenido en la Penitenciería.
Luego de un receso de dos minutos, la jueza dió su veredicto concediendo algo que era muy difícil de lograr. Un triunfo para su abogado, un respiro para sus amigos, muchas lágrimas para Silvia su mujer... y me imagino, una emoción muy profunda para mi amigo Manuel, quién al ver éste respaldo tan cerrado de sus cercanos, debe haber sentido que a pesar de lo violento del momento que vive, este hecho no ha logrado echar por tierra todo el cambio de vida logrado en sus últimos 6 años.
Muchas preguntas quedan rondando, grandes desafíos amenazan nuestra tranquilidad, nuevas y profundas invitaciones comienzan a emerger en mi y en cada uno de los que estamos compartiendo ésta: la historia de Manuel.
miércoles, enero 18, 2006
La Historia de Manuel
La cárcel es el infierno*
* Resumen del artículo escrito por Cecilia Eyzaguirre y publicado en el libro “Historias de Esperanza”, Santiago, 2003.
Le cuesta empezar: “No es algo que pueda contar con alegría”, dice Manuel Henríquez y comienza su historia: A los seis años escapó de su casa por primera vez, huyendo de los golpes de su madre. Vivió entre la calle y hogares de menores, aprendió a robar comida en La Vega para subsistir y a dormir acurrucado bajo los puentes del Mapocho. A los catorce años lo atraparon robando la radio de un auto y lo detuvieron por primera vez. Ahí fue cuando se reencontró con sus padres por primera vez. “No me veían desde hacía seis años y ni siquiera hubo un abrazo”, recuerda Manuel.
Sus padres lo llevaron a su casa, pero escapó para no volver más. Robó casas y departamentos, asaltó bancos, financieras y casas comerciales. “Quería plata, mucha plata”, reconoce y agrega: “En términos económicos esa vida me compensó. Los éxitos ayudaban a acrecentar mi soberbia y mi egoísmo, estaba enceguecido”.
“Muchas veces me agarraron. La cárcel se convirtió en mi hábitat natural, de hecho pasé 28 años preso”, dice y continúa: “La ‘peni’ es tremenda. Tiene capacidad para 1.600 reos y meten 5.000, todos revueltos en un mundo sin ley ni piedad”. Buscando una manera de fugarse de la cárcel, entró a la pastoral penitenciaria –pues quienes participaban en ella gozaban de una mayor libertad de movimiento-. Ahí fue cuando comenzó su nueva vida. “Por primera vez observé mi entorno y me puse a reflexionar cuánto tiempo había estado ahí sin saber dónde estaba. Vi la miseria, la podredumbre humana, las cosas espantosas que ocurrían… Y no me gustó. Empecé a sentirme un extraño en mi propio mundo”, confiesa.
Cuando salió de la cárcel, el 9 de junio de 1999, entró a una casa de acogida para poder reflexionar. Quería cambiar su historia y ganarse la vida en forma honesta. Pero las cosas no eran fáciles. A causa de sus antecedentes no pudo conseguir trabajo. No podía mantener a su familia –a su señora y sus cuatro hijos- y eso le provocó mucha angustia. Y llegaron las tentaciones: Un amigo le ofreció participar en un asalto por 63 millones de pesos y otro, le pasó dos bolsas de cocaína para vender. Pero Manuel no aceptó.
Lo que sí aceptó fue un trabajo por 30 mil pesos mensuales que le ofreció una abogada. “Es la plata más linda que he recibido en la vida, porque me devolvió la dignidad”, cuenta. Eso le dio el impulso para formar la Confapreco, una organización que busca ayudar a los ex reos y a sus familias. “Mi sueldo no es mucho, pero nunca ha faltado el pan en la casa y estoy contento con mi trabajo”, afirma Manuel y reconoce: “Nunca más pensé en delinquir. Hice un compromiso con Dios, conmigo y mi familia, y lo asumí”.
Sus padres lo llevaron a su casa, pero escapó para no volver más. Robó casas y departamentos, asaltó bancos, financieras y casas comerciales. “Quería plata, mucha plata”, reconoce y agrega: “En términos económicos esa vida me compensó. Los éxitos ayudaban a acrecentar mi soberbia y mi egoísmo, estaba enceguecido”.
“Muchas veces me agarraron. La cárcel se convirtió en mi hábitat natural, de hecho pasé 28 años preso”, dice y continúa: “La ‘peni’ es tremenda. Tiene capacidad para 1.600 reos y meten 5.000, todos revueltos en un mundo sin ley ni piedad”. Buscando una manera de fugarse de la cárcel, entró a la pastoral penitenciaria –pues quienes participaban en ella gozaban de una mayor libertad de movimiento-. Ahí fue cuando comenzó su nueva vida. “Por primera vez observé mi entorno y me puse a reflexionar cuánto tiempo había estado ahí sin saber dónde estaba. Vi la miseria, la podredumbre humana, las cosas espantosas que ocurrían… Y no me gustó. Empecé a sentirme un extraño en mi propio mundo”, confiesa.
Cuando salió de la cárcel, el 9 de junio de 1999, entró a una casa de acogida para poder reflexionar. Quería cambiar su historia y ganarse la vida en forma honesta. Pero las cosas no eran fáciles. A causa de sus antecedentes no pudo conseguir trabajo. No podía mantener a su familia –a su señora y sus cuatro hijos- y eso le provocó mucha angustia. Y llegaron las tentaciones: Un amigo le ofreció participar en un asalto por 63 millones de pesos y otro, le pasó dos bolsas de cocaína para vender. Pero Manuel no aceptó.
Lo que sí aceptó fue un trabajo por 30 mil pesos mensuales que le ofreció una abogada. “Es la plata más linda que he recibido en la vida, porque me devolvió la dignidad”, cuenta. Eso le dio el impulso para formar la Confapreco, una organización que busca ayudar a los ex reos y a sus familias. “Mi sueldo no es mucho, pero nunca ha faltado el pan en la casa y estoy contento con mi trabajo”, afirma Manuel y reconoce: “Nunca más pensé en delinquir. Hice un compromiso con Dios, conmigo y mi familia, y lo asumí”.
* Resumen del artículo escrito por Cecilia Eyzaguirre y publicado en el libro “Historias de Esperanza”, Santiago, 2003.
martes, enero 17, 2006
Mi amigo Manuel
Hoy mi corazón desgarrado no logra aquietarse ante el impacto recibido esta mañana cuando me informaron que luego de una riña y en defensa personal, Manuel, mi amigo Manuel, había sido detenido dado que fruto de un accidente y en defensa de terceros murió una persona.
Conocí a Manuel y a su esposa Silvia hacen más de 5 años, cuando luego de escuchar su testimonio de vida le pedí me llamara para conocerle más profundamente y poder acompañarle en el duro tránsito que le tocaba vivir al buscar insertarse laboralmente luego de haber pasado 28 años de su vida en diversas cárceles del país.
Con Manuel y con varios de sus amigos expresidiarios, que conocí con el correr de los años, aprendí a descubrir al ser humano que existe tras la chapa del delincuente, del “patomalo”. Manuel me mostró el rostro humano del delincuente y la complejidad del mundo que habitan. Aprendí por tanto a querer y acoger a muchos de los que hoy matan sus vidas tras las oscuras celdas del penal.
Con Manuel conocí por dentro la miseria humana que arrumbada en penales saturados pagan con creces el daño infringido a la sociedad. Muchas veces con temor, otras lleno de confianza fuimos construyendo esta amistad llena de sueños, de esperanza y de anhelos para el futuro de la rehabilitación de delincuentes comunes.
Aún esta fresco el recuerdo, cuando el último día del año 2005 le di la noticia que un amigo había ofrecido una importante suma de dinero para poder lanzar la segunda etapa del proyecto Renacer, el proyecto regalón de Manuel , y también dar nacimiento, los primeros días de marzo, a la micro empresa “ONG Express”, que estábamos fundando a fin de crear una fuente laboral para los jóvenes que venían recuperando su libertad.
Querido Manuel, he querido recordarle, con éstas las primeras palabras con que doy nacimiento a mi blog personal, pues creo mucho en usted como en la obra que ha hecho nacer, CONFAPRECO (Confraternidad de Familiares de Presos Comunes). No dudo que algún día desentrañaremos el sentido de éste, sin duda uno de los momentos más duros que le ha tocado enfrentar, es por ello que le trasmito a través del ciber espacio toda mi amistad y confianza, en la certeza que no se dejará abatir sino más bien, con nuestra cercanía podrá salir fortalecido mostrándole al mundo, así como lo dijo Juan Pablo II en Chile que “el Amor es más fuerte”.
Conocí a Manuel y a su esposa Silvia hacen más de 5 años, cuando luego de escuchar su testimonio de vida le pedí me llamara para conocerle más profundamente y poder acompañarle en el duro tránsito que le tocaba vivir al buscar insertarse laboralmente luego de haber pasado 28 años de su vida en diversas cárceles del país.
Con Manuel y con varios de sus amigos expresidiarios, que conocí con el correr de los años, aprendí a descubrir al ser humano que existe tras la chapa del delincuente, del “patomalo”. Manuel me mostró el rostro humano del delincuente y la complejidad del mundo que habitan. Aprendí por tanto a querer y acoger a muchos de los que hoy matan sus vidas tras las oscuras celdas del penal.
Con Manuel conocí por dentro la miseria humana que arrumbada en penales saturados pagan con creces el daño infringido a la sociedad. Muchas veces con temor, otras lleno de confianza fuimos construyendo esta amistad llena de sueños, de esperanza y de anhelos para el futuro de la rehabilitación de delincuentes comunes.
Aún esta fresco el recuerdo, cuando el último día del año 2005 le di la noticia que un amigo había ofrecido una importante suma de dinero para poder lanzar la segunda etapa del proyecto Renacer, el proyecto regalón de Manuel , y también dar nacimiento, los primeros días de marzo, a la micro empresa “ONG Express”, que estábamos fundando a fin de crear una fuente laboral para los jóvenes que venían recuperando su libertad.
Querido Manuel, he querido recordarle, con éstas las primeras palabras con que doy nacimiento a mi blog personal, pues creo mucho en usted como en la obra que ha hecho nacer, CONFAPRECO (Confraternidad de Familiares de Presos Comunes). No dudo que algún día desentrañaremos el sentido de éste, sin duda uno de los momentos más duros que le ha tocado enfrentar, es por ello que le trasmito a través del ciber espacio toda mi amistad y confianza, en la certeza que no se dejará abatir sino más bien, con nuestra cercanía podrá salir fortalecido mostrándole al mundo, así como lo dijo Juan Pablo II en Chile que “el Amor es más fuerte”.
lunes, enero 09, 2006
me lanzo al mundo
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