jueves, noviembre 02, 2006

TOMAR EL ATAJO DEL CORAZÓN





El señor Cárcamo se nos acercó a conversar, como si el tiempo no existiese para él, sin que los chubascos que de cuando en cuando caían le sacaran de lugar, ni el arcoiris que cerraba la bahía de Mechuque, lograra conmoverle. Mientras tanto yo estaba como en éxtasis admirando esa naturaleza intensa y majestuosa que se nos iba regalando… solo a condición que le abriésemos un espacio en nuestro interior.

Durante dos días me debatí si ir o no a la navegación por los canales de Chiloé que un amigo generoso nos había cursado a un par de matrimonios para este fin de semana largo que acaba de pasar. ¿Como puede ser posible que ante panorama tan idílico me haya costado tanto decidirme?. La verdad es que la motivación inicial y la decisión de ir fue instantánea y rápidamente mi imaginación me puso en contacto con esos lugares maravillosos. Pero luego, al acercarse el día de la partida aparecieron los habituales fantasmas con sus razonamientos y cuestionamientos queriendo mandar al tacho la decisión que mi corazón ya había tomado.

Comencé a mirar los pronósticos del tiempo, que amenazaban lluvias todo el fin de semana y me parecían podrían poner en riesgo ese idílico panorama. Comenzaron los llamados, las estimaciones, las dudas, como bajarme a último momento y no perder los pasajes como tampoco la oportunidad que se me había ofrecido. Hablé con la línea aérea para ver hasta que hora podría esperar sin perder la plata, hablé con meteorología, intenté seducir a mi amigo cambiar la fecha, etc., etc.

Una vez más queriendo controlarlo todo y sufriendo incluso porque me sentía sin el dominio que acostumbro a tener de mis actividades. Afortunadamente un angelito me sopló al oído que inevitablemente debía entregarme a las condiciones del tiempo y dejarme llevar, o declinar a la invitación y con ello a la posibilidad de que la vida algo nos tuviese preparado.

A buena hora tomamos esa tan acertada decisión de no dar las peleas que no tienen destino ni sentido y que me hacen sufrir y perder la novedad de lo imprevisible, de la aventura. Decidimos partir y gozar lo que sucediera en esta travesía, que tuvo más de viaje interior que exterior, dado que volví, por enésima vez creo, a descubrir que si en la ciudad creo y pretendo tener el dominio y control de la mayoría de las variables que enfrento, en medio de la naturaleza, inevitablemente tengo que dejarme llevar. Solo ahí comienza el verdadero viaje, solo así es posible vivir la travesía del disfrute.

Cárcamo entre sus ovejas que pastaban sin apremio, la señora Orfelina que entre el pan amasado nos compartía de su vida de entrega y don Juan que esperaba las bajas mareas para cruzar sus bueyes, fueron cada uno un regalo y como un rayo de sol que en medio de nubes y chubascos quisieron regalarse.

Prometo por tanto no mirar el pronóstico del tiempo ante una nueva invitación y responder con el corazón necesitado de verde y de pureza. La ciudad tiene su encanto mientras no mate mi libertad y mi fluir.

6 comentarios:

Susumu dijo...

Porqué será que nos cuesta tanto dejarnos llevar por el corazón? Es posible que esa voz interior -que todos llevamos dentro- ya no sea lo suficientemente fuerte como para poder escucharla? Que nos estará pasando?

Pedro, la semana pasada se me presentó una oportunidad muy especial, algo que tal vez no se me vuelva a repetir, y la verdad es que me costó (y dio temor) escuchar esa voz.
Podrá ser que estamos tan acostumbrados a tener siempre el control de las situaciones, que el más mínimo "golpe de timón" de la naturaleza nos deja descolocados?

Creo firmemente que aún nos falta aprender a escuchar nuestro yo interior.

Un abrazo.

Alimontero dijo...

Yo diría que más les cuesta a los hombres que a las mujeres. Nosotras como que tenemos una vía mas directa, como que le damos "permiso" a que el corazón se exprese en nuestras vidas. Ademas tenemos la intuición que nos ayuda mucho en esto.
Lo que si puedo compartir aqui, es que desde que dejo que el corazón fluya y participe en mis decisiones, desde las mas pequeñas, duermo más tranquila, me noto mas relajada, y mi siento mas feliz!.... escuchar la voz del corazón, es escuchar a lo divino que existe en mí!
Has escuchado que el camino mas largo es el del cerebro al corazón? creo que la buena noticia es que alguien ha encontrado un atajo....averigua cuál es el tuyo!
Saludos y nos encontramos por ahi!!

Andrea Brandes dijo...

La ciudad con sus rutinas replicables, y nosotros en medio de esas rutinas que ya no son ritos, paseándonos por ciudades que carecen de lo propio. Estuve hace poco en Temuco y quedé tristemente impresionada. la avendida Alemania, una calle preciosa en que los colonos alemanes dignificaron su ciudad, convertida en el paraíso de las farmacias Ahumada, Mc Donnals etc.
Vivimos en una alienación no sólo por nuestra opción de rutina y falta de libertad, (más allá de las obligaciones inevitables). También vivimos la rutina desde la estética. En tu viaje por el Sur, rompiste con el mundo en conserva y te lanzaste a la a-ventura, para que te caramboleara el viento.

Isabel Margarita Cruchaga dijo...

Que importante es para todos asombrarnos y maravillarnos de la naturaleza y dejarnos llevar por el corazón. Me gustó mucho Pedro porque me identifican tus pensamientos enormemente!
Gracias

Angela Ulloa dijo...

Ay Alicia... ojalá fuera más fácil para las mujeres! yo experimento día a día a la maldita razón por sobre el corazón...

Y que sentido me hacen tus palabras Pedro... sobre todo cuando, si lo pienso bien, el control que creemos poseer, en realidad es nada y termina en un minuto cuando Dios decide sacudirnos para hacer que nuestros ojos se abran.

Anónimo dijo...

Que bien me hace encontrar personas con esta sensibilidad tan fina y tan delicada..... a nuestro mundo de cada hace falta el bálsamo de quienes pueden ver más allá, que son capaces de verse a si mismos y reconocer que somos más que racionamiento , que tenemos esa fibra casi indeleble de poder emocionarnos, conmovernos por los detalles, hoy en nuestro día día hace más falta de personas que nos lleven a este otro lado, el lado de las emociones, de la sensibilidad, de ver como está el otro......

Me encantó, ma hace recobrar la fé de que aún quedan en algunos rincones personas imprescindibles para vivir mejor...

Gracias.....