viernes, octubre 13, 2006

YUNUS PREMIO NOBEL DE LA PAZ





con una familia de Cali En las poblaciones de "Aguas Claras", Cali


bailando en Bogotá



Siento una alegría profunda de haber tenido la experiencia de convivir durante la semana recién pasada con este hombre extraordinario, que hoy el mundo reconoce con el Premio Nóbel de la Paz.
Las palabras de reconocimiento hoy sobran, pero hasta ayer podía decir que la vivencia de compartir con él, en medio de los ricos, con presidentes de estado, con autoridades religiosas, como con los más humildes en las poblaciones de Cali, como en los campamentos de Santiago, me hacían admirarle en su sencillez y humildad para relacionarse con cada uno como un igual, sin mirar hacia arriba o hacia abajo, siempre valorando su condición sagrada de ser humano.
Recuerdo las palabras conmovedoras del Obispo Ortodoxo, en un encuentro con las autoridades religiosa de Colombia, cuando dijo “Señor Yunus, usted es una visita de Dios al mundo”.
Por mi parte me quedo con la gratificación de haber sido testigo de este hombre que invita, con su ejemplo, a hacer lo que les escribió en una dedicatoria de su libro a mis hijos: “¡Grow up to make a difference to the world!”.

4 comentarios:

Iris dijo...

"una visita de Dios al mundo", palabras tan simples y tan plenas de sentido

hermoso blog

Andrea Brandes dijo...

Yo también quiero crecer para hacer una diferencia en el mundo.
Será la fuerza de ese amor que a Yunus le ha dado esa fuerza? Y ese amor, cómo se genera, de dónde sale? Quien no quisiera sentirlo, y entregarlo, pero como conversábamos, hay quienes en su abandono y marginalidad ni siquira se imaginan el alcance del amor y el respeto. El amor como emoción cultural? debemos educar para el amor, un amor que se convierta en fuerza imparable de amor?

Un beso

Unknown dijo...

Gracias Pedro por compartirlo
Creo que el ejemplo de Yunus es muy potente, opta por entrar al mundo real, un mundo en que el dinero existe, no luchar desde una utopía donde este no debiera existir. Se dedica a apoyar, no a combatir a los que lo hacen de otra manera
Un abrazo

Gabriel Bunster dijo...

Espero que el haberle dado el nobel de la paz no lo aleje desde la mirada nuestra a esa forma de él de ponerse siempre accesible y de igual a igual con quienquiera se le pusiera al frente.
Me recuerdo cuando me decías, Pedro, que él se nutria, se cargaba de energía en el estar con los pobres; que hay ahí escondido que a la mayoría mas nos paraliza el miedo a esos mismos que a él lo nutren. Es un misterio.
Me alegro también por esta nominación y me alegro por ti Pedro y tu proximidad a él.