sábado, enero 21, 2006

Yo parto mientras Manuel se queda.


¡Como nos cambia la vida en un segundo!

Cuantas veces he sido conciente que la vida no la tengo comprada. Cuantas veces, me descubro también, actuando como si ella me perteneciera y si la tuviera bajo total control.

Hoy ha sido Manuel la nueva voz que me ha gritado de la fragilidad de la Vida. Por ello y en cercanía a este Manuel, como a tantos otros que nos lo estan recordando, parto a unas ansiadas vacaciones con una conciencia más despierta por el dolor de lo vivido.

Manuel, esta vez eres tú quien se queda y soy yo quién parte. Que tú silencio obligado por la "pena" y el desconsuelo que enfrentas me acompañen en mi descanso, y a mi regreso renueven mi compromiso con quienes se quedan.

2 comentarios:

Anónimo dijo...

Querido amigo Pé:
Una vez más se comprueba que la vida nadie la tiene comprada,como tú dices y a su vez se ve la debilidad de ella.
Eso nos recuerda que,debemos vivir el presente, como si fuera nuestro último día de vida.
Vivirlo con la familia, con los amigos,con la solidaridad a flor de piel.
Nadie sabe, que pasará mañana.
Abogo por un poco de humor, que cada día nos pille confesado.
Un abrazo, y te acompaño en el caso de vuestro amigo Manuel.
Topo

Anónimo dijo...

Pe,

Es una pena tener que inaugurar tu blog con este hecho tan conmovedor. Agradezco la oportunidad que me diste de conocer a Manuel y me es muy difícil imaginarme lo mucho que debe estar sufriendo en estos momentos junto a su familia y amigos. Los acompaño con mi oración y la esperanza de que puedan salir fortalecidos después de esta situación que sólo Dios entiende.

Un abrazo grande,

Ignacio E.